Paradojalmente, el largo proceso de aislamiento que sufrió Paraty resultó fundamental paramantener intacto el caserío colonial, en el conjunto conocido como Centro Histórico, y lo volvió uno de los destinos turísticos más requeridos de Brasil.

Por las calles de piedra irregular circulan a pie turistas do mundo entero -la entrada de vehículos está prohibida-, atraídos por la belleza de la arquitectura típica del Brasil Colonial. Se demoran por las casas históricas, transformadas en posadas, restaurantes, tiendas de artesanado y museos, entre a músicos populares, malabaristas y estatuas vivientes.   

Considerado como patrimonio histórico, el Centro de Paraty es sin dudas una reliquia. El área, en el pasado, fue cedida por la corona portuguesa con el propósito de permitir o desarrollo de la villa. Así, ingenieros militares proyectaron calles, plazas, iglesias y lotes residenciales que se organizaron en perfecta armonía. La arquitectura es simple, compuesta de sobrados a lo largo de callejuelas. La elite vivía en las fazendas, donde los grandes propietarios residían en imponentes casonas.

En el pasado, la iluminación era brindada por lamparones alimentados con aceite de ballena, las calles de piedras rectangulares garantizaban la iluminación, las calles tienen aun canaletas al medio por las cuales el agua de lluvia se escurre y el agua de mar inunda el centro cuando sube la marea, limpiando la ciudad. 

Repleto de construcciones seculares, el Centro es un lugar donde los automóviles no transitan. Detrás de las avenidas yace un verdadero museo a cielo abierto. En este, se permite sacar fotos, todo se puede tocar y se puede revivir el pasado.